Esta es la cuarta novela de Willy Uribe, y con ella llegó a la final del premio Tusquets cuyo jurado presidía Juan Marsé. Cuenta una historia de persecución y locura ambientada en el violento Bilbao de las fiestas de agosto.
Hijo de vascos emigrados al Ferrol, el protagonista Sera (así se llama tras haber suprimido la mitad de Serafín) piensa que haber socorrido a un policía en peligro de morir apaleado por los kaleborrokas, puede costarle la vida, y decide poner mar por medio para refugiarse en un territorio desértico de Hispanoamérica, Las Planas, caluroso y dejado de la mano de Dios; un lugar incierto en el espacio y en el tiempo que lo enfrenta con sus más íntimos demonios, donde el lector ha de estar atento a cada sueño o movimiento. Sera huye porque de donde sale cree que un acto como el suyo puede costarle caro, porque la visión (...)