“Hay cosas que se dicen callando”, sentenció Eduardo Galeano (Montevideo, 1940) con motivo de la muerte de su amigo José Saramago. Ahora, en el libro Los hijos de los días aplica este principio: lo que calla el autor es más que lo que dice, al optar por un formato como de calendario en el que textos muy diversos ocupan una página cada día del año. Textos que, además, no son del todo propios pero a los que Galeano añade unas palabras de su propia cosecha.
La sencillez y la economía literarias de la propuesta emparenta el libro con las recopilaciones de aforismos, citas o frases célebres, comentarios, ensayos o fragmentos de los mismos. Pasas la hoja del calendario y cambias de asunto, de época, de estilo, de idea. La lectura resulta veloz y amena. Hay un doble propósito: sintetizar y sugerir. Eduardo Germán María Hughes Galeano lo aplicó en sus propias (...)