“¿Está a favor o en contra?”. En el campo de la genética, y más concretamente en el de las modificaciones genéticas dirigidas de los genomas, esta pregunta en forma de dilema suplanta a menudo a las demás. Se formula con insistencia todavía más estridente desde la puesta a punto de nuevas herramientas moleculares, llamadas CRISPR, que permiten cortar, eliminar o sustituir secuencias muy concretas del genoma con facilidad. En teoría, estos métodos tienen ilimitados ámbitos de aplicación. ¿Pero se puede realmente saber qué toca pensar antes de entender de qué se está hablando?
Modificar un genoma consiste en sustituir de manera focalizada un gen o un fragmento de gen por un elemento –un fragmento de ADN– que tiene por misión repararlo o, por el contrario, inactivarlo. En el laboratorio, los investigadores utilizan este procedimiento desde hace ya varias décadas, pero con otras herramientas moleculares de limitado uso a causa de su (...)