En una nota interna, revelada por el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung (11 de febrero de 2008), el Ejecutivo europeo asimila los periodistas a los espías: “Algunos casos recientes muestran que la amenaza del espionaje contra la Comisión crece cada día, en algunos países, por los grupos de presión, los periodistas y las agencias privadas que buscan obtener informaciones sensibles y protegidas”.
La señora Valérie Rampi, portavoz del vicepresidente Slim Kallas, confirmando la ya antigua paranoia de la Comisión, ha declarado: “No hay una sospecha generalizada hacia los periodistas (…) puede también tratarse de una joven y bonita becaria con largas piernas…”. Bruselas practica así una retención de información condenada por varios sindicatos de periodistas.