Está fumando un cigarrillo frente al edificio de cristal del Bundestag; viste de vaqueros y zapatillas y lleva un gorro en la cabeza. Luego nos conduce por pasillos desiertos. En su despacho, aún provisional, se amontonan tazas y bolsas estampadas con el rostro de Olaf Scholz, candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones federales alemanas del 26 de septiembre. Anna Kassautzki acaba de ser elegida diputada. Tiene 27 años. “Soy del ala izquierda del partido”, explica.
El SPD quedó primero en las elecciones con el 25,7% de los votos, tras meses de encuestas en las que difícilmente superaba el 15%, y ahora dispone de 206 diputados en el Bundestag (de un total de 736 escaños). La mitad de ellos estrena mandato y unos cincuenta, entre ellos Anna Kassautzki, proceden de las juventudes del partido, los llamados jusos, que desde dentro están sacudiendo la vieja y declinante socialdemocracia alemana.
Durante los últimos (...)