Todo el mundo se lo pregunta. Los diplomáticos, los editorialistas, los responsables políticos analizan cada gesto del presidente Jacques Chirac, cada declaración del embajador Bernard Emié. ¿Francia ha cambiado su política en Próximo Oriente? ¿Ha decidido poner fin a su conflicto con Estados Unidos? ¿Renueva su tradición colonial de alianza con la minoría cristiana maronita? La cooperación, casi sin contratiempos entre París y Washington sobre los asuntos libaneses sorprende, desde hace varios meses, incluso a los principales interesados.
Fue el propio presidente Jacques Chirac quien tomó la iniciativa al respecto. En junio de 2004, durante la Cumbre del G 8 en Sea Island, Estados Unidos, se acercó a su homólogo estadounidense para mencionarle la idea de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigiendo la retirada siria del Líbano. Insistió sobre la importancia de ese país, la necesidad de un retorno a la democracia, en momentos en que el (...)