—¿Dónde han puesto los palés? No veo nada…
Al amanecer de este martes 21 de marzo, en esta rotonda del área industrial de Les Herbiers (departamento de la Vendée), los militantes se buscan entre la oscuridad y el frío. La madera empieza a apilarse sobre la calzada para luchar contra la reforma de las pensiones, pese a haber sido aprobada la víspera por el Parlamento: “Nos las hemos arreglado solos con este corte de carretera porque nuestra intersindical de la Vendée no estaba a favor. Está claro que a algunos de ellos les parece un poco demasiado radical”, se lamenta François, de la unión local en La Roche-sur-Yon de la Confederación General del Trabajo (CGT). Los palés empiezan a arder. Un primer camión toca el claxon en señal de solidaridad.
—¿Son de los sindicatos? —pregunta una mujer de unos cincuenta años al volante de su coche de trabajo.
—Sí, señora. De la CGT.
—¡Ah! (...)