Portada del sitio > Mensual > 2020 > 2020/12 > En un principio era pura palabrería

Dossier Estados Unidos: ¿Cambio o restauración?

En un principio era pura palabrería

por Pierre Rimbert, diciembre de 2020

“¿De dónde eres?”, “Cualquiera puede triunfar en esta sociedad si trabaja lo suficiente”, “Yo no me fijo en el color de la piel”, “Hablas bien inglés”, “América es un gran crisol”… En opinión de algunos académicos (1), estas frases comunes y corrientes tendrían un sesgo vejatorio, dirigidas por una persona blanca a otra que no lo es, en tanto en cuanto recuerdan implícitamente al interlocutor su diferencia o porque niegan la realidad de los prejuicios raciales. Habría pues que situar el combate contra estos marcadores de racismo en primera línea del plan de batalla progresista. Ahora bien, no todos perciben de la misma manera estas “micro-agresiones” basadas en doble intención y medias palabras. Como apunta el sociólogo Musa al-Gharbi, “los blancos progresistas libres de ahogos económicos y con estudios superiores muestran mayor empeño que los demás en desenmascarar y denunciar estas formas de racismo” (2). A colación, trae una encuesta del Cato Institute (libertariano): preguntados si consideraban ofensiva una serie de “micro-agresiones” –las de marras–, una abrumadora mayoría de los encuestados negros o latinos contestó negativamente. Los blancos con titulaciones universitarias, en cambio, sí las señalan más a menudo como ofensivas.

Asimismo, muchos comentaristas han definido las invectivas de Donald Trump en las que asocia inmigración con delincuencia como un lenguaje de doble sentido que regala los oídos de su base “supremacista” sin dar pie a acusaciones directas de racismo. Denominado “dog whistle” (llamar al perro con un silbato ultrasónico), este lenguaje en código debería ser percibido como estigmatizante por las personas a quienes apunta y, por lo menos, no seducirlas. Y, sin embargo, explica Al-Gharbi, una encuesta ha demostrado que “estos mensajes ‘racistas’ parecen tener mejor acogida entre las minorías que entre los blancos. Y la mayor parte de los entrevistados no los consideraba racistas ni escandalosos, a diferencia de los investigadores” (3).

Así las cosas, ¿qué hacer? La abogada y activista Tory Gavito y el profesor universitario Ian Haney López han vuelto a descubrir una vieja receta: “La cuestión es fusionar los temas de división racial y los de desigualdad de clase y cambiar así el sempiterno ‘ellos contra nosotros’ que vertebra la mayoría de los mensajes políticos: pasar de ‘blancos contra personas de color’ a ‘todos nosotros contra las elites que llevan a la división’” (4). Sorpresa mayúscula: la estrategia funciona con todos los grupos encuestados, ya sean negros, latinos o blancos. Es más, se entusiasman los autores, “presentar el racismo como un arma de clase también favorece el apoyo a las reformas por la justicia racial”.

La política es una eterna vuelta a empezar...

NECESITAMOS TU APOYO

La prensa libre e independiente está amenazada, es importante para la sociedad garantizar su permanencia y la difusión de sus ideas.

(1) Derald Wing Sue, Microaggressions in Everyday Life: Race, Gender, and Sexual Orientation, John Wiley and Sons, Hoboken (Nueva Jersey), 2010.

(2) Musa Al-Gharbi, “Who gets to define what’s ’racist’?”, Contexts, 15 de mayo de 2020, https://contexts.org

(3) Musa Al-Gharbi, “The Trump vote is rising among Blacks and Hispanics, despite the conventional wisdom”, NBC News, 2 de noviembre de 2020.

(4) The New York Times, 18 septiembre 2020.

Pierre Rimbert

Dossier¿Cambio o restauración en Estados Unidos?

El próximo 20 de enero, Joseph Biden se convertirá en presidente de Estados Unidos. Su intención parece ser proceder a una restauración en Washington y, tras cuatro años de caos y furor, desarrollar una especie de “tercer mandato” de Barack Obama. Pero hasta la consecución de dicho objetivo, poco ambicioso, se antoja difícil. Las pasiones y emociones, a menudo teatralizadas, dominan la escena política (...)
  • El trumpismo sin Donald Trump

    Jerome Karabel
    La ajustada victoria de Joseph Biden ha quedado muy lejos de ser el repudio definitivo para Trump que los demócratas tanto ansiaban. Al contrario, las elecciones en sí han sido un desastre para el Partido Demócrata
  • Votan por quienes les insultan

    Murtaza Hussain
    ¿Cómo explicar que Donald Trump haya obtenido votos entre minorías que no ha dejado de fustigar durante su mandato? Quizá porque la gente no se define exclusivamente por su “raza” y no se reconoce necesariamente en la definición de racismo propuesta por algunos académicos
    Miniatura del mapa

    Cartografía: ¿A quién votaron?

  • La amarga victoria de los demócratas

    Serge Halimi
    Los primeros nombramientos de Joseph Biden para los puestos clave de su Administración corren el riesgo de defraudar a quienes esperaban cambios profundos en Washington. No obstante, hasta una política poco ambiciosa tendrá que vérselas con un Partido Republicano que no ha sufrido el desastre esperado
  • Un tsunami lacrimógeno

    Thomas Frank
    ¿Basta con llorar para decir la verdad? Ese malentendido podría explicar que, en un periodo en el que la mentira domina la vida política estadounidense y las redes sociales, las lágrimas inunden la escena