Los atentados del 11 de marzo de 2004 ocurridos en Madrid nueve días antes del primer aniversario del comienzo de la guerra en Irak señalan el fracaso de la política de lucha contra el terrorismo internacional, desarrollada bajo el liderazgo de Estados Unidos.
El 28 de enero de 2003, el presidente George W. Bush había afirmado en su discurso sobre el Estado de la Unión: “Pruebas aportadas por nuestros servicios de inteligencia, comunicaciones secretas y declaraciones de personas actualmente detenidas revelan que Sadam Hussein ayuda y protege a terroristas, especialmente a miembros de Al Qaeda”. Días más tarde, el 5 de febrero de 2003, el secretario de Estado estadounidense Colin Powell presentaba ante el Consejo de Seguridad una verdadera requisitoria que brindaba una serie de precisiones sobre los vínculos entre Irak y Al Qaeda.
El informe del gobierno estadounidense fue tan persuasivo que al comenzar la guerra de Estados Unidos contra Irak, (...)