Campesinos desdentados, con las manos ennegrecidas de trabajar la tierra, el cuerpo desgastado por el duro trabajo y la falta de cuidados; casas sombrías con suelo de tierra batida; algunas patatas como única comida… El siglo XIX en plena China del siglo XXI. Estas imágenes, grabadas en diciembre de 2012 por la televisión oficial durante una visita del presidente Xi Jinping al pueblo de Luotuowan (provincia de Hebei), a tres horas en coche de Pekín, dieron la vuelta por todo el país. Simbolizan el abandono del campo en un país en el que, sin embargo, el imaginario revolucionario valoriza al campesinado. Lejos ha quedado la época en la que Mao Zedong elogiaba a esos “centenares de millones de campesinos [que] se alzan, impetuosos, invencibles, como un huracán”, para construir el socialismo…
Hoy, cuando se sublevan –lo que ocurre cada vez con más frecuencia–, los campesinos protestan contra el Partido Comunista Chino (...)