L a posición de Estados Unidos acerca de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) es paradójica: todavía no la ha ratificado, pero se erige en defensor del derecho del mar y realiza operaciones navales para recordar el principio de la libertad de navegación en las aguas territoriales de otros Estados, concretamente en el mar de China Meridional, frente a las islas Paracel y Spratly reclamadas por Pekín. La parte XI de la Convemar fue modificada para complacer a Washington, y desde Ronald Reagan, todos los presidentes estadounidenses se han pronunciado en favor de la Convención a excepción de Donald Trump, que no se posicionó. La Administración de Barack Obama había incluido la firma entre sus prioridades, pero la obstaculizó la necesidad de que el Senado apruebe la ratificación de tratados internacionales por una mayoría de dos tercios.
Por el contrario, China, país signatario desde 1982, (...)