Desde que, hace ya más de un año, la campaña presidencial estadounidense empezó a monopolizar las ondas, las pantallas y la Red, en segundo plano se deja oír un rumor sordo, nunca muy alejado. El clamor resulta bien reconocible: es el de los eslóganes coreados por trabajadores iracundos en los piquetes de huelguistas. Resuena desde las ciudades portuarias del este y el sur hasta las fábricas aeronáuticas en el noroeste de la costa del Pacífico, desde los grandes hoteles de Nueva Inglaterra y California hasta los complejos vacacionales de Hawái. Y en todas partes se repiten las mismas reivindicaciones: acabar con más de una década de sueldos congelados y abusos de la patronal.
Alteraciones en la actividad portuaria
A principios de octubre, 45.000 estibadores dejaron de trabajar en una cuarentena de puertos de la costa este y sur de Estados Unidos, entre ellos los de Nueva York, Baltimore, Savannah, Nueva Orleans (...)