Con las últimas luces del día, pequeños grupos de manifestantes convergen en la avenida Shahrah-e-Faisal, la principal arteria de Karachi, la capital económica y financiera de Pakistán. Si bien algunos portan cañas de bambú y parecen decididos a enfrentarse a las fuerzas de seguridad, también hay quien ha acudido en familia, y entre la muchedumbre enfurecida las mujeres son numerosas.
Unas horas antes, en la madrugada del 9 de mayo de 2023, el ex primer ministro Imran Khan había sido detenido en Islamabad en el marco de una investigación por presunta corrupción. El arresto empujó a sus partidarios a la calle, e inmediatamente estalló la violencia en las principales ciudades del país. En Karachi, los manifestantes con los que hablamos, declaran estar indignados con el complot urdido contra su líder, el único, según ellos, capaz de enderezar el rumbo del país y liberarlo de la corrupción. Entre explosiones de granadas de (...)