Descubrir al escritor Raymond Chandler (1888-1959) más allá de su ficción es un regalo que debemos a su biógrafo, Tom Hiney, por haber ordenado sus cartas. El maestro del género negro dirigió muchas a editores, agentes literarios, productores de cine en Hollywood, escritores que admiraba o despreciaba, plagiarios e imitadores y, por supuesto, algunos amigos.
La edición reúne además textos inéditos que el lector no espera. Por ejemplo, la entrevista que Chandler mantuvo en Nápoles con el gánster Lucky Luciano en 1958, y que el Sunday Times no quiso publicar por temor a represalias legales. Y un artículo sobre la entrega de los Óscar.
Un hombre envidiablemente rico, célebre y alcoholizado como era Chandler podía escribir lo que le viniera en gana y, tratándose de cartas, todavía se desmelenaba más cuando las dictaba a un magnetófono, siempre de noche y casi siempre borracho, para que su secretaria las mecanografiara por la mañana. (...)