Edward Snowden fue el primero en revelar el alcance de la vigilancia masiva cuando desveló en 2013 la recolección generalizada de metadatos de llamadas telefónicas en Estados Unidos, así como la existencia de diversos programas de vigilancia y control masivos de Internet empleados por los Gobiernos estadounidense y británico. En 2021, el escándalo Pegasus destapaba el uso generalizado de programas informáticos de vigilancia selectiva por parte de los Estados –democráticos o no–. En los últimos meses se han multiplicado las acciones judiciales contra la empresa israelí involucrada –NSO Group– y contra los países que supuestamente están detrás de las escuchas.
Pero más allá de las acciones judiciales, el escándalo Pegasus ha revelado sobre todo las lagunas de las legislaciones nacionales e internacionales que regulan la compraventa de herramientas de vigilancia y espionaje. A diferencia de las armas convencionales, estos programas y equipos informáticos se consideran “artículos de doble uso” –es decir, (...)