El periodista estadounidense Tim Schwab indaga en la biografía de Bill Gates, uno de los hombres más poderosos del planeta, y se plantea la cuestión de cuánto dinero se le debe permitir amasar a una única persona. Gates es una figura pública extraordinariamente compleja. Gracias a Microsoft, y sus condenables prácticas monopolísticas, ha amasado una fortuna que supera los 100.000 millones de euros. Sin embargo, en las últimas décadas el nombre de Bill Gates, nacido en una acomodada familia de banqueros y juristas, está unido al de la fundación que dirige junto a su exmujer Melinda: la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta fundación riega de dinero organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y periódicos como El País, donde patrocina su sección sobre cuestiones humanitarias...
Schwab cuestiona la imagen de multimillonario con jersey y bienintencionado que cede toda su fortuna a los más necesitados. Este retrato simplista ignora peligrosamente la influencia política que Gates ha adquirido a través de su labor caritativa y las controvertidas formas en que la utiliza. También pretende que olvidemos cómo ha conseguido su preciada fortuna. A través de una narrativa ágil y una investigación periodística innovadora, expone la influencia que ejerce este “filántropo” en decisiones de salud global, agricultura y alimentación, entre otras áreas, que nos afectan a todos. Y cómo no, Gates, siempre feliz de haberse conocido, impone su punto de vista neoliberal –el mismo que cuando dirigía Microsoft–. “Léalo y conozca la brutal verdad: no hay nada altruista en el multimillonario favorito del mundo”, nos dice Thomas Frank.