Elegíaco, el impulso rememora carreras alrededor de “repúblicas de piel, mundos de hueso”. Fantasmales voces, detritos enmarañados dan cuenta de estructuras, conceptos y existencias aparentemente firmes, que dan paso a “barquitos quebrantados/ en el sargazo de los basureros”. Se centra el poeta Mateo Rello (Badalona 1968) en el deseo de encajar: “¿No eras tú el que decía que jamás, / aquel que prometía que hasta entonces?”.
Ocasionalmente, el autodesprecio conduce a la flagelación ajena: “Actitudes, banderas, excrementos. / La basura”. Aborda su más reciente colección de poemas De magos y mineros (una historia de Plutón) el dolor causado por las sucesivas crisis, invariablemente planetarias, que nos asolan de continuo (“hierro, cobre, aleaciones/ impuras, proteínas, nuestro reflejo y penúltima verdad”).
Ingeniosamente experimental, el lenguaje innova para alentar una dolorosa intimidad, “dicha/ de la distancia y el galope”. A pesar de la ecológica melancolía que recorre el resultado, se deja espacio para gozar de lo que crece entre ruinas, oscuramente divertido, políticamente radical: “De esas melodías, la memoria/ no guardará recuerdo”.
Las estrofas abordan las formas en que nuestro racismo se ve exacerbado por estados de prejuicio contra “el “otro”, afirma el crítico Jordi Gol (León, 1974) en el prólogo, “continuamente excluido y negado hasta el punto de no reconocerlo como individuo”. Se nos conduce a “la periferia”, concluye el director de la editorial Paralelo Sur Ediciones, “un territorio de libertad, donde aún son posibles rasgos humanos que han sido desterrados de la ciudad”.