Once muertos y seis heridos: es el balance del atentado perpetrado el 27 de octubre de 2018 por Robert Bowers, que abrió fuego en una sinagoga de Pittsburgh, en Pensilvania. Antes de pasar a la acción, el tirador publicó en las redes sociales varios mensajes racistas que acusaban a los judíos de conspirar para destruir la América blanca haciendo venir a musulmanes y otros inmigrantes indeseables a Estados Unidos. En ambos lados del Atlántico, esa misma mezcla de xenofobia y antisemitismo es habitual entre los militantes de extrema derecha y los supremacistas blancos. En agosto de 2017, neonazis reunidos en Charlottesville, en Virginia, para defender los símbolos de los confederados coreaban “No nos reemplazaréis”, un lema acuñado por la extrema derecha francesa al que añadían: “Los judíos no nos reemplazarán”. En Escandinavia, Reino Unido, Polonia y Grecia, algunos grupúsculos identitarios afirman que los medios de comunicación “judíos” y sus aliados (...)