“Tuve la alegría de ser atacado, a veces de modo muy violento, por todos los grandes periodistas franceses –explicaba Pierre Bourdieu en 1998 a la cineasta Barbro Schultz-Lundestam–. Porque esas personas que creían ser sujetos no soportaron descubrir que eran marionetas”.
Diez años después de la desaparición del sociólogo francés más citado del mundo, el tiempo y el reposicionamiento ideológico de los editorialistas han borrado el recuerdo de las batallas y la identidad de los protagonistas. La “globalización feliz” ya sólo se canta a media voz, el lamento de las desigualdades moviliza hasta a algunos banqueros y se releen con curiosidad los ataques lanzados contra el autor de La miseria del mundo.
Sus errores fueron hacer que los avances de su disciplina participaran en las luchas que marcaron la renovación de la crítica social en la segunda mitad de los años 1990, oponer una “izquierda de izquierdas” a los gobiernos socioliberales mayoritarios (...)