En 1996, el primer ministro camboyano Hun Sen dijo a su hijo mayor Hun Manet: “Tú seguirás cuando yo me vaya”. El joven, que por entonces contaba 19 años, acababa de ingresar en la Academia Militar de West Point. Veintiséis años después, el padre cumplió su promesa: el pasado 22 de agosto Hun Manet lo sucedió en el cargo de primer ministro. Esta toma de posesión confirma el control que ejerce –sin compartirlo con nadie– el Partido del Pueblo de Camboya sobre el poder político y el dominio del clan familiar sobre los aparatos políticos y económicos.
La formación se hizo con 120 de los 125 escaños de la Asamblea Nacional en las elecciones del pasado 23 de julio. Una victoria que a nadie pilló de sorpresa, habida cuenta de que los opositores políticos llevan desde 2017 siendo eliminados o perseguidos. Así, el único partido creíble de oposición, el Partido de (...)