Que una obra como Plaza Elíptica haya recibido el Premio Nacional de Cómic 2011 resulta ciertamente sorprendente. Hasta ahora este galardón institucional cuyo manifiesto objetivo es el de promocionar socialmente el noveno arte, había recaído en obras de lo más asequible para el gran público. Sin embargo, el presente volumen, que en realidad es el séptimo de “Las aventuras del Capitán Torrezno”, dista mucho de ser una lectura ligera, lo cual la convierte en doblemente interesante.
Con sus raíces firmemente plantadas en el underground, pero con referencias al cómic de aventuras juvenil, y un inconfundible estilo aquejado de incontinencia verbal y gráfica, Valenzuela desarrolla en esta fantástica saga todo un tratado de lo que podríamos denominar como geopolítica liliputiense. El Capitán Torrezno es un bebedor, curtido en mil bares de la España cañí, que un buen día se ve abocado sin razón aparente a un universo en miniatura nacido por generación (...)