Burkina Faso, un pequeño Estado entre los más pobres del mundo, se ha lanzado discretamente al cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), en este caso el algodón Bt. La asociación de Uagadugú con el productor de semillas estadounidense Monsanto, revelada al gran público en 2003, ha suscitado mucha controversia entre los campesinos y las asociaciones locales porque representa un test para el desarrollo de los OGM en toda África Occidental. ¿Cómo ha llegado Burkina Faso a trabajar con una empresa célebre por su herbicida “Round Up” y su “agente naranja”? La sacrosanta “lucha contra la pobreza”, a la cual los OGM aportarían su contribución, dinamizando la agricultura burkinesa, parece haber sostenido la explicación; pero las motivaciones reales de los socios sólo comienzan a conocerse bajo la presión de las asociaciones…
Aunque Burkina Faso firmó la Convención sobre Diversidad Biológica en 1992 y el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de 2000, los (...)