¿Pone en tela de juicio la perennidad del euro la tormenta financiera que hace estragos en la economía internacional? Sus abogados defensores están seguros de lo contrario. En diez años –argumentan– la zona euro se ha vuelto un puerto de paz y de estabilidad que ofrece una moneda fuerte, si no estable, a la segunda economía mundial. Además, el 1 de febrero de 2009, Eslovaquia fue el decimosexto país en adherirse a ella. Más aún, los Estados que habían pasado por alto el lanzamiento de la moneda única en 1999 (Dinamarca, Reino Unido y Suecia) estarían reconsiderando su posición; la corona danesa incluso podría unirse próximamente al euro.
Fuertemente independiente de los poderes políticos, el Banco Central Europeo (BCE) –agregan los partidarios de la moneda única– ha sabido controlar el crecimiento de la oferta de dinero llevando la inflación a cerca del 2%; las tasas de interés nominales se establecen en (...)