- Patrice Giorda.- "Autoprotrait au repas" (Autoretrato en la comida), 1983.
Ante tal o cual obra de sorprendente belleza, ¿quién no ha pensado o escuchado decir eso de “Hay que verlo para creerlo”? Ahora bien, los defensores de aquello que la crítica llama “arte contemporáneo” invirtieron la proposición: ahora hay que creer antes de ver. Basando su credo en la réplica del Resucitado en el Evangelio según San Juan –“Felices los que creen sin haber visto” (San Juan, 20,28)–, proclaman que ya no se trata de que el espectador sienta el poder emocional de una obra, comprenda su inteligencia, ejerza su espíritu crítico frente a la tela; en nombre de su autoridad comercial, institucional o artística exigen que, previamente, todo el mundo renuncie a cualquier saber, cualquier cultura, y crea que “es arte” porque ellos lo afirman. El (...)