Pero ¿qué mosca le ha picado al presidente senegalés Macky Sall? Después de haber tenido la sensatez de renunciar a aspirar a un tercer mandato que habría sido inconstitucional, el 3 de febrero anunció de sopetón el aplazamiento de las elecciones presidenciales, previstas para el 25 de febrero. Algo susceptible de hacer que se tambalee un país conocido por su estabilidad política desde su independencia en 1960. Pero, dado que el Consejo Constitucional ha anulado su decisión, el jefe de Estado saliente debe ahora resolverse a organizar el escrutinio “en el plazo más adecuado”. Sea cual sea el resultado de la crisis, Sall habrá perdido la ocasión de abandonar el puesto de la forma triunfal que se esperaba.
Entre las posibles explicaciones para estos extravíos, hay dos que llaman la atención. Por un lado, los importantes réditos financieros que se esperan de los yacimientos de gas y petróleos descubiertos recientemente frente (...)