Un país bajo el yugo de la austeridad
Grecia al borde de la explosión social
Aunque el Tratado de Lisboa impide a los países de la zona euro asumir la deuda de alguno de sus socios, la Unión Europea ha propuesto varias medidas para ayudar a Grecia: préstamos avalados por los países de la zona euro y una emisión de bonos garantizada por los Gobiernos de la eurozona. Alemania ha puesto muchas dificultades por temor a la reacción de sus contribuyentes. Pero Berlín y París se encuentran en una situación contradictoria: los bancos alemanes y franceses son los principales acreedores de la deuda griega, y resultarían por tanto los mayores perjudicados de una posible quiebra de Grecia. Atenas necesita recabar financiación por un valor de 53.000 millones para saldar la deuda, de los que unos 20.000 millones vencen en abril y mayo. La Unión Europea dio luz verde, el pasado 17 de marzo, al severo plan de ajuste que incluye fuertes subidas de impuestos, recortes de los salarios e inversiones públicas. El Gobierno del socialista Yorgos Papandreu se propone ahorrar 4.800 millones de euros y reducir el déficit público del 12,7% al 8,7% este año. Esas medidas –que afectan principalmente a los ciudadanos más indefensos– han desatado olas de protesta popular y ponen al país al borde de la explosión social.
por Corina Vassilopoulou y
Valia Kaimaki,
abril de 2010
Fue el pasado 4 de marzo en Atenas. La policía agredió a Manolis Glezos, de 88 años, héroe de la resistencia contra los nazis, quien quitó la bandera hitleriana del monte sagrado de la Acrópolis, una de las personalidades más respetadas de la izquierda. “¡El país ha perdido sus símbolos!”, titulaban los periódicos.
La fecha de la víspera –el 3 de marzo– quedará en la memoria colectiva como “el día en el que los griegos se volvieron más pobres”. El Gobierno socialista (Pasok) de Yorgos Papandreu anunció ese día un plan de austeridad extremadamente severo. Ningún Gobierno de derechas se habría atrevido a proponerlo. Este plan, “opuesto a nuestra ideología y a nuestras promesas electorales” según el Primer Ministro, pretende “evitar la quiebra” y “restaurar la confianza de nuestros socios europeos y de los mercados internacionales”. Arremete contra los logros sociales de los trabajadores del sector público: congelación de los salarios (...)