Curiosamente, la cola del 747 estaba intacta –o al menos su dispositivo para mantener el rumbo– como una flecha plantada en el flanco de un animal muerto. (...) El ala sur del Capitolio estaba devastada. Se veían todavía las escaleras, pero las columnas y el techo habían desaparecido y la Cámara de Representantes no era más que un cráter rodeado de un montón de piedras ennegrecidas por el hollín (...).
El subdirector adjunto del FBI, Daniel E. Murray, fue el décimosexto en llegar, sin corbata y vestido de sport. El oficial superior de guardia era su viejo amigo, el inspector Pat O’Day. (…)
– ¿Qué novedades hay, Pat?
– Era la base Andrews. Ellos tienen los registros de radar y todo eso. He mandado a nuestros agentes de Washington, junto con hombres de la Oficina Nacional de Seguridad de Transportes, para interrogar al personal de la torre de control. A primera vista, se (...)