Transformación del Gran Londres
Hacerse con el control de Londres no tiene nada de anecdótico. Cuando los laboristas llegaron al poder en la capital, casi uno de cada diez británicos residía allí (actualmente, son aproximadamente uno de cada siete). Económicamente, el dinamismo de la ciudad ya la distinguía del resto del país, un fenómeno que se ha acentuado desde entonces. La ciudad ofreció un escaparate de primer orden a Ken Livingstone, quien desde el principio concentró sus esfuerzos en la red de transportes metropolitana. Bajo su batuta, los trenes urbanos (aquí no representados) también se modernizaron.