El 7 de diciembre de 2022 salí a practicar esquí de montaña en La Jarjatte (Drôme), en las alturas que hay por encima de mi casa. Era mi primera salida de la temporada. Muy cerca ya de la meta, sufrí una mala caída y me golpeé la cabeza. No podía moverme. Me trasladaron en helicóptero a Gap y luego a Marsella. Una caída insignificante puede cambiarte la vida. Quedé atrapado en un cuerpo inerte. El choque psicológico fue fuerte, con la sensación de pasar del sol a la sombra.
El diagnóstico reveló una compresión de la médula espinal, con un hematoma que no desaparece. Desde hace nueve meses, los médicos me dicen que hay una ligera posibilidad de evolución favorable. En mi cuerpo, yo no me lo creo. Ha sido muy brutal, he quedado reducido a la condición de “vegetal pensante”. Mi única independencia ahora es cerebral, y no sé cuánto (...)