El incendio que causó la muerte de al menos 112 empleados en la fábrica bangladesí Tazreen Fashions, el 24 de noviembre de 2012, despertó viejos recuerdos. Talleres textiles inflamables, salidas de emergencia encadenadas para facilitar la vigilancia, trabajadores arrojándose al vacío para escapar de las llamas, supervivientes olvidados por la Justicia: la misma secuencia ya ocurrió hace un siglo en pleno corazón de Manhattan.
En la tarde del 25 de marzo de 1911, se produce un incendio en el edificio neoyorquino de la Triangle Shirtwaist Company, una empresa textil que emplea a medio millar de trabajadores, la mayoría mujeres jóvenes surgidas de la inmigración judía e italiana, a quienes se les paga un dólar al día (la misma tarifa estará vigente cien años después para sus colegas de Bangladesh). Los pisos octavo, noveno y décimo del edificio son rápidamente devorados por las llamas. Las salidas de emergencia están cerradas por orden de la dirección, (...)