El enemigo íntimo se ocupa del espacio y del tiempo, del “yo”, del “no-yo” y del “anti-yo”; de lo colonial, lo no colonial y lo poscolonial y la colisión de unos con otros. De cómo todo esto configura un modo de vida, donde categorías y políticas inspiradas en el proyecto universalista de la modernidad occidental, producen extrañas anomalías en la vida interior de los colonizados y también de los colonizadores. Por tanto, no se ocupa del colonialismo identificado con el beneficio económico y el poder político, sino del estado psicológico arraigado en formas de conciencia social.
A lo largo de 190 páginas la pluma de Ashis Nandy, quien escribe en inglés, pero formula su pensamiento en bengalí, se centra en lo que llama la segunda forma de colonización, aquella que sobrevive a los imperios y que está dirigida a dominar mentes además de cuerpos, así como de las resistencias contra ella. (...)